agosto 23, 2009

¿Cómo hacer para que el caballo obedezca?

Como lo he mencionando hay quienes consideran que montar un caballo es cuestión de fuerza o de imponer superioridad. Quienes lo hacen están completamente equivocados y aún no entienden la esencia del mundo ecuestre, una esencia que busca crear un binomio equino-jinete, en el cual prime el respeto hacia el caballo.
Pero ¿qué jinete no ha tenido un momento de desespero por que su caballo no responde a los estímulos?

Existen muchas ayudas para lograr que éste responda; sin embargo, éstas son inútiles si como jinetes llegamos desesperarnos y comenzamos a utilizar la fuerza bruta y la agresividad como herramientas. Estas actitudes lo único que logran es empeorar la situación y poner la montura en una defensiva mayor, inclusive puede llegar a ser peligroso.
Una de las principales defensas por parte del caballo se encuentra en el plano de la mano dura. Éste reacciona de varias maneras:

1. Levanta la cabeza y gira el cuello (defensa hacia arriba). Lo primero que debes hacer para que el equino responda y no se oponga es suavizar la mano, buscando flexibilidad en los hombros y en los dedos y manteniendo la presión (contacto) en las piernas.

2. Se encapota (defensa hacia el pecho). El equino siente miedo hacia la mano del jinete, es por eso que debes volver a generar confianza suavizando la mano y retomando un contacto ligero utilizando las piernas.

3. Aleja las riendas del jinete extendiendo el cuello hacia abajo (defensa hacia abajo). En este momento entre más tires de las riendas más se resistirá el caballo tirando hacia abajo, y como él tiene mucha más fuerza que tú, tu esfuerzo será en vano. Por lo tanto se deben hacer medias paradas y actuar alternando una mano y la otra. Una vez el caballo responda, debes devolverle un contacto ligero, para que éste se sienta recompensado.
Otra defensa del caballo es no obedecer a las piernas del jinete. Es importante recordar que ésta no es una obediencia natural del caballo, sino que se logra con la educación y el aprendizaje de éste.
Cuando llegan estos momentos en los que el caballo se rehúsa a obedecer al trabajo con las piernas, podemos recurrir a las llamadas ayudas artificiales: la fusta y las espuelas.

La fusta SIEMPRE debe llevarse con la punta hacia abajo y a lo largo del cuello del caballo. Para utilizarla sólo debes darle un pequeño golpe sobre el hombro del caballo, sin soltar la rienda. Si ante este estímulo no responde, no hay que ensañarse a darle golpes y golpes con las piernas, lo que debes hacer es tomar las riendas con una mano y la fusta con la otra y darle con ésta un golpe seco, mas no violento, detrás de la pierna del equino, una vez responda debes acariciarlo para recompensarlo.

Las espuelas requieren de una experiencia mayor para utilizarse. Cuando el jinete la adquiere lo que se debe hacer es dirigir la punta de la espuela hacia abajo, girando ligeramente el tobillo. Una vez el animal responda no debes olvidar cesar la acción.
Estas son entonces unas ayudas eficaces para hacerse obedecer por la montura, pero lo que jamás debes olvidar es que no puedes abusar y mucho menos depender de ellas, siempre debes mantener un buen contacto de piernas y mano y utilizarlas cuando sea estrictamente necesario, pues una buena monta se fundamenta en un buen contacto, no en la dependencia de ayudas artificiales y mucho menos en el uso de la fuerza.

Bibliografía
Enciclopedia Larousse del Caballo. Primera edición. Ediciones Larousse S.A. Dinamarca núm 81. México 06600 D.F.

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